Esta imagen del presidente Nicolás Sarkozy pertenece a una visita realizada la pasada semana a una industria del sur de Francia. Pero ha sido utilizada por el diario ABC para acompañar la noticia encabezada con el siguiente titular: Sarkozy emplea el “no” suizo a los minaretes como arma contra Le Pen.
Para ponernos en situación y poder comprender el simbolismo de la instantánea aclaramos primero, que existe una disputa entre el presidente francés y Jean-Marie Le Pen, su opositor de la extrema derecha, en torno al tema de la práctica religiosa en dicho país y la identidad nacional. Mientras el ultra derechista quiere reforzar los valores del país, así como el patriotismo y laicismo de Francia, Sarkozy se defiende con un discurso que aboga por el respeto, la convivencia y la discreción de la práctica religiosa.
Desde el punto de vista denotativo de esta imagen, todos podemos apreciar lo siguiente: cinco banderas francesas que ocupan prácticamente 3/4 partes de la fotografía y que reclaman toda nuestra atención en el primer vistazo. Yen la parte izquierda observamos a Nicolás Sarkozy caminando sobre un escenario con unos ventanales y varios hombres de fondo. Los colores predominantes de la fotografía son el azul, en primer lugar, y seguidamente el rojo y blanco. De manera menos llamativa también podemos observar que el presidente va vestido con traje y corbata de color negro.
Sin embargo, si pasamos a lo subjetivo o connotativo de la imagen afirmaremos que: tiene un alto contenido patriota, ya que refuerza la identidad francesa representada con sus cinco banderas. Pero si hacemos una lectura más profunda podríamos verlo como una balanza en la que se encuentra por un lado el presidente de Gobierno y por otro las banderas francesas. Quizá por ese motivo escogió el autor de la noticia esta fotografía, para unir de alguna forma la imagen de Sarkozy con un símbolo francés y no desvincular su figura a la defensa de la identidad nacional como asegura su contrincante político Le Pen.
El peso visual de la imagen es grande ya que aparecen colores llamativos como el rojo o el azul intenso y unas banderas de gran tamaño que reclaman la atención del lector. Además, tiene cierto dinamismo si nos fijamos en la figura humana, que a su vez se contrarresta con lo estático de las banderas.
Por último, decir que no se trata de una foto con un claro equilibrio ni simetría, sino más bien todo lo contrario, ya que la persona protagonista de la foto se encuentra situada en el extremo izquierdo y el resto de elementos ocupan todo el plano, dando una sensación de descentrado.
Para ponernos en situación y poder comprender el simbolismo de la instantánea aclaramos primero, que existe una disputa entre el presidente francés y Jean-Marie Le Pen, su opositor de la extrema derecha, en torno al tema de la práctica religiosa en dicho país y la identidad nacional. Mientras el ultra derechista quiere reforzar los valores del país, así como el patriotismo y laicismo de Francia, Sarkozy se defiende con un discurso que aboga por el respeto, la convivencia y la discreción de la práctica religiosa.
Desde el punto de vista denotativo de esta imagen, todos podemos apreciar lo siguiente: cinco banderas francesas que ocupan prácticamente 3/4 partes de la fotografía y que reclaman toda nuestra atención en el primer vistazo. Yen la parte izquierda observamos a Nicolás Sarkozy caminando sobre un escenario con unos ventanales y varios hombres de fondo. Los colores predominantes de la fotografía son el azul, en primer lugar, y seguidamente el rojo y blanco. De manera menos llamativa también podemos observar que el presidente va vestido con traje y corbata de color negro.
Sin embargo, si pasamos a lo subjetivo o connotativo de la imagen afirmaremos que: tiene un alto contenido patriota, ya que refuerza la identidad francesa representada con sus cinco banderas. Pero si hacemos una lectura más profunda podríamos verlo como una balanza en la que se encuentra por un lado el presidente de Gobierno y por otro las banderas francesas. Quizá por ese motivo escogió el autor de la noticia esta fotografía, para unir de alguna forma la imagen de Sarkozy con un símbolo francés y no desvincular su figura a la defensa de la identidad nacional como asegura su contrincante político Le Pen.
El peso visual de la imagen es grande ya que aparecen colores llamativos como el rojo o el azul intenso y unas banderas de gran tamaño que reclaman la atención del lector. Además, tiene cierto dinamismo si nos fijamos en la figura humana, que a su vez se contrarresta con lo estático de las banderas.
Por último, decir que no se trata de una foto con un claro equilibrio ni simetría, sino más bien todo lo contrario, ya que la persona protagonista de la foto se encuentra situada en el extremo izquierdo y el resto de elementos ocupan todo el plano, dando una sensación de descentrado.
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